Sexo en una pareja con discapacidad

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Giselle fue diagnosticada con la enfermedad de Charcot-Merie-Tooth (Distrofia muscular perinetal), esto debido a que su madre sufrió de polio durante el embarazo.

Durante su adolescencia llegó a pensar que nunca estaría con alguien en la intimidad, mientras escuchaba a su alrededor historias de sexo de sus amigas. En casa le advirtieron que los hombres se aprovecharían de ella, su madre solía decir que Dios cuidaría el que ella saliera con algún hombre.

Por otra parte, Minor se accidentó al lanzarse a nadar en una posa de agua, chocó non su cabeza y quedó tetrapléjico, solo puede mover limitadamente los brazos. Él cuenta que siempre se aisló, pensó que ninguna mujer se fijaría en él.

Giselle y Minor se conocieron en un programa de inclusión y capacitación de PCD, el mundo les cambió, se enamoraron y en 2011 se casaron. Cuentan que a diferencia de las preguntas comunes que suelen hacerle a los recién casados, cómo en donde vivirán o cómo dividirán los gastos, la pregunta que todos les hacían era cómo le harían para tener relaciones sexuales.

Giselle dice que no hubo más remedio que hacerlo, haciéndolo; refiriendo que se siente una mujer sexualmente satisfecha, mientras alaba las cualidades de su esposo en la cama. Piensa que el sexo va más allá de las posiciones sexuales del Kamasutra o las películas porno.

Minor asegura que la discapacidad física da la capacidad de disfrutar más despacio del sexo, que resulta en una caricia para sentirse bien con quien compartes. La pareja cuenta que a veces les suceden accidentes en los que ninguno de los dos se puede mover, pero que eso es lindo pues es su sexualidad.

Para esta pareja, disfrutar la sexualidad es un derecho que se niega constantemente a muchas personas con discapacidad.

Fuente: La Nación de Costa Rica

Redacción: Ana González

Edición y diseño: Byron Pernilla

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