La sordoceguera es una discapacidad y no una enfermedad; por tanto es una discapacidad provocada por la combinación de deficiencias en los sentidos de la vista y el oído. En la mayoría de los casos la discapacidad no implica la perdida total de los dos sentidos, y aunque si hay un porcentaje de personas que pierden totalmente los dos sentidos, un amplio porcentaje de personas con sordoceguera aun conservan alguna capacidad auditiva o visual.