Por: Maribel Palencia 07/09/2020
De porte gallardo, una sonrisa agradable y por qué no, seductora, Juan José Ponce es un joven que enfrentó la discapacidad desde la cuna, cosa que no pareciera al conversarse con él, pues su carisma irradia tal positivismo que uno puede olvidarse de sus propios problemas.
Juan Jo, cómo le llaman sus amigos, nos abrió las puertas de su corazón y muy amablemente nos permitió una íntima entrevista, en la que podemos no solo saber más sobre él, sino inspirarnos para alcanzar nuestros sueños, puesto que él es la prueba que con fe, trabajo y actitud, las cosas se logran a pesar de las adversidades de la vida.
Esta entrevista, que usted gentilmente me ha concedido, quisiera abordarla de una manera un tanto diferente.
Juan José, cuénteme un poco, ¿cómo descubre usted su gusto por la música?
La música ha sido siempre parte esencial de la vida del ser humano, manifestándose en todos los momentos, emociones pensamientos y experiencias de nuestro desarrollo. Desde temprana edad, recuerdo que cuando la música sonaba, conquistaba lo más profundo de mi corazón, haciéndome querer cantar y navegar profundo a través del cúmulo de emociones que me invadía.
Recuerdo que ponía a todo volumen los cassettes de Enrique y Ana, Cri cri y Timbiriche, simulando cantar con un peine, (como si fuese el más hermoso micrófono). Fue así como descubrí desde temprana edad, que la música, canto y artes escénicas, se convertirían con el paso de los años, en no solo un pasatiempo, sino en una de mis grandes pasiones de vida.
¿Cómo asimila usted todos estos logros que ha alcanzado a través de la música?
La humildad es vital en el camino del artista. Esta nos “baja de la nube”, poniéndonos los pies sobre la tierra. Es importante recordar que muchas veces la adulación del público puede crear nefastas consecuencias si no se trabaja en encontrar el equilibrio entre lo que somos y lo que el público piensa de nosotros. Somos unos arriba del escenario y otros, fuera de él.
En mi caso personal, creo que la clave ha sido ser siempre yo mismo, sin presunciones ni grandezas, con la humildad como ingrediente principal de la receta de la vida y de esta carrera que es difícil, pero que me ha llenado de satisfacciones a lo largo de mi paso por cada vida, escenario y corazón conquistado.
¿Quiénes han sido su inspiración y apoyo en esta carrera?
Dios, en primero lugar, porque sin él, no sería lo que soy y no hubiese llegado tan lejos y triunfante en este juego de la vida que me sorprende y en el que aprendo todos los días. Mis padres y mi familia, han sido también un ancla importante, a lo largo de este camino. Las personas con discapacidad, son también una gran fuente de inspiración para mí.
Una de mis inspiraciones y grandes mentoras de vida, en este trayecto musical, es mi maestra Angélica Rosa, alguien quien ha creído ciegamente en mí y ha tallado mi talento, desde temprana edad. El proceso de estudio y de esa búsqueda interna de mi esencia artística, se la debo a ella. Gracias a ella, le he tomado una pasión especial a esta carrera y he crecido a nivel artístico y personal, venciendo todas las barreras impuestas por la vida y siendo triunfante en todos y cada uno de los escenarios en lo que he tenido el privilegio de presentarme. Ella ha sido encargada, a través de su escuela de alto impacto: Producciones Angélica Rosa, de la formación de grandes de la industria internacional, como: Héctor Sandarti, Gaby Moreno, Arturo Castro, Carlos Peña, Ale Mendoza, Hancer, Pedro Cuevas y Stephanie Zelaya, entre muchos otros más. Mi querida maestra y yo, tenemos una amistad y complicidad inigualables que nos unirá por el resto de nuestras vidas.
Quienes hemos leído y quienes conocen su carrera, sabemos que todos estos logros tienen un color especial, que, pese a la pasión y el esfuerzo, usted ha tenido que vencer otros obstáculos, ¿nos puede platicar un poco sobre esto?
Soy fiel creyente de que los retos, adversidades y vicisitudes de la vida, son grandes maestros que nos tallan en nuestra mejor versión personal ante el mundo. Sin ellos, no habría tropiezos y caídas con los cuales aprender y levantarnos más fuertes. Desde que nací, he venido a luchar, a destacar y dejar huella imborrable en las personas, con el único objetivo de dejar este mundo, un poco mejor de lo que lo encontré.
La discapacidad que ha sido mi fiel amiga y acompañante, ha sido aleccionadora e instrumento de inspiración para vencer toda barrera y prueba la que la vida me impone. Nací con Parálisis Cerebral, diagnóstico que me impidió caminar de forma regular (en comparación a los demás niños y personas de mi entorno). Sin embargo, mi fe, valentía y decisión, fueron más fuertes que las adversidades, permitiéndome dar mis primeros pasos a la edad de 5 años y avanzando con esperanza, sin que nada ni nadie me detenga. Debido a mi diagnóstico, mi marcha se desarrolló en media punta, desde los 5 hasta los 17 años, en dicho momento, se me realizó una cirugía, (para corregir mi diferencia en la marcha), la cual no tuvo los resultados esperados y a partir de entonces, llegó la silla de ruedas, quien se ha convertido desde el 2001 en mi mejor amiga que no me traiciona, ni me desampara.
A pesar de vivir en un país con injusticias y desigualdad, las circunstancias me han llevado por un camino de crecimiento, en donde no existen barreras y el “es posible” se ha convertido en mi postura de vida, tanto en el escenario, como en la vida misma y en todas las etapas y retos que he vivido y superado, con enfoque y valentía.
Muchas personas verán esta entrevista y estoy segura que más de una, en algún momento de su vida, ha intentado o quisiera incursionar en el medio artístico. ¿Cuál sería su consejo para estas personas?
La vida le sonríe a todo aquel que cree en la magia de los sueños. Por lo tanto, mi recomendación principal sería que crean ciegamente en ellos y que tengan la convicción de que los sueños se hacen realidad, que lo normal es ser feliz y que realizarnos en felicidad y plenitud, es a lo que venimos a esta vida.
Incursionar en esta carrera artística, implica entrega y disciplina. Es importante el estudio, porque este te da las herramientas, para defenderte y ser triunfante en todo escenario en el que te toque dejar tu sello. Si yo no hubiese estudiado, no creo haber podido impactar de la misma forma en la que lo he hecho.
Si bien es cierto que como bien lo he mencionado, vivimos en una sociedad prejuiciosa, la que muchas veces dicta que debido a la discapacidad, no te puedes realizar en algunas actividades, pues te invito a que ese juicio, en lugar de botarnos, nos aporte a empoderar nuestras alas de la fe, y así como grandes e indestructibles guerreros, ser los protagonistas de historias de éxito, donde tu pasión por el medio artístico y por destacar con excelencia, sea tu verdadera esencia triunfadora que te haga avanzar con pasión y valentía, hasta la conquista de los objetivos planteados.
Anteriormente mencioné que todos sus logros tienen un color especial. ¿Cuál ha sido su experiencia combinando su arte y la discapacidad?
Ha sido una experiencia enriquecedora y motivadora, porque me ha tocado orientar a la población, con respecto a que discapacidad no es incapacidad, (frase de mi amiga Mónica Figueroa), al ver tantos prejuicios incorrectos derivados de la ignorancia.
Lo lindo ha sido que, a través de mi testimonio, he sido pieza clave para recordarle a la sociedad que una persona con discapacidad puede cantar y con el poder de su voz y la fuerza de su corazón, lograr conquistar al público. Porque somos servidores públicos, que curamos las heridas del ser humano, a través del cúmulo de emociones que proyectamos en cada tema o historia. Por ende, el artista tiene una gran responsabilidad social sobre sus hombros y debemos asumir con pasión y convicción para cumplir con nuestro mandato divino, lo mejor posible.
Conociendo y formando parte de las personas con discapacidad, ¿comparte usted la idea de que esta situación puede representar fortalezas y oportunidades en la vida de cada persona con discapacidad?
En definitiva, en el tema de la discapacidad, con el simple hecho de ser parte del gremio, derivado de todo lo que debemos luchar por superar en nuestro diario vivir, estamos construyendo escenarios en donde la prueba y error constante, aunado al caernos y levantarnos más fuertes, dan como resultado personas con carácter y fortalezas bien cimentadas. Lo interesante es que la vida, desde sus inicios, forja nuestros caminos en base a esas premisas, con las que constantemente, con naturalidad y sin ataduras, estamos creando personalidades fuertes y resilientes, que nos elevan a niveles altos de competencia para con el mundo, entorno físico y social.
Nosotros, las personas con discapacidad, sabemos que en el desempeño de cada día podemos en un momento, sentirnos muy animados; sin embargo, también están los momentos un tanto grises. ¿Cómo afronta usted estos momentos?
No creo en categorizar o estigmatizar el día en colores o perspectivas que no sumen, ni edifiquen. Mi sonrisa y mi capacidad de ver los panoramas, bajo una realidad que me haga avanzar, es uno de mis objetivos del diario vivir.
Por otro lado, siempre he sido de la idea que a las personas con discapacidad se nos pone en un pedestal porque se cree que somos invencibles y que debemos estar todo el tiempo con una sonrisa. El estar bajo esa presión de cumplir siempre con esa alta expectativa, es desgastante y poco objetivo. Todas las personas con discapacidad debemos poder tener la libertad de sentir tristeza, pena y derrota, porque es ley de vida, todos somos humanos, todos sentimos y padecemos. No somos súper-héroes, podemos caer y aprender de los “momentos grises” y no pasa nada. Es momento de desmitificar el que somos invencibles para disfrutar de ese respiro que todos, como seres humanos merecemos.
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Actualmente vemos que muchas personas con diversos tipos de discapacidad han logrado abrirse espacios en lo laboral, lo artístico, incluso en la política. ¿Cree usted que vamos avanzando hacia la inclusión?
Por supuesto que sí, ha habido un avance, porque de una u otra forma, los esfuerzos de los que día a día apoyamos la dignificación de las personas con discapacidad, han tenido sus frutos. Una vez más, lo recalco: una discapacidad no debe poner jamás, en tela de juicio, nuestras capacidades. Tenemos grandes capacidades y mucho que aprender. Nunca debemos cerrarnos a la oportunidad de aprender, porque a más preparación, tendremos herramientas intelectuales mejor afianzadas para enfrentar con valentía el proceso de integración a estos campos o espacios, donde todas las personas, con o sin discapacidad podemos apostarle a llegar, sin problema, porque en la actitud, acciones y comportamientos, está escrita la historia de éxito que podemos conquistar.
En Guatemala tuvimos el honor de presenciar un evento de belleza sin precedentes: Miss Wheelchair Guatemala y el público se deleitó con su participación. Háblenos de esa experiencia.
No me alcanzan las palabras para expresar todo lo que Miss Wheelchair Guatemala significó y significa para mi evolución como embajador y fiel apoyante de la dignificación del sector de personas con discapacidad.
Estar en un evento repleto de mujeres líderes tan talentosas, fue una hermosa caricia para mi corazón. Todos con nuestra mejor versión exterior e interior, en su mejor expresión, para demostrar que la belleza viene también en diferentes manifestaciones, más allá de las convencionalmente aceptadas en nuestra sociedad y el mundo. Salir de allí con el aplauso sincero de la gente, aunado a sumar a grandes nuevos amigos a mi vida, no tiene precio. Le estoy profundamente agradecido al staff organizador de Miss Wheelchair Guatemala, por haber confiado en mi talento y potencial para imprimir una huella inolvidable en ese recinto y en los afortunados presentes.
¿Cómo es un día normal en la vida de Juan José Ponce?
Normal, aunque he de admitir que para mí, lo normal en un día, es uno lleno de retos, emociones, de trabajar incansablemente y de tener la oportunidad de ser tratado igual, sin distinciones, ni privilegios, por mis seres queridos y por los que se han sumado a la historia de mi vida. También cometo errores, afronto situaciones que me desgastan y que me hacen salir de mi zona de confort. Recordemos, como bien lo he mencionado ya, a lo largo de la entrevista, que la vida de una persona con discapacidad no es perfecta y que muchas veces está bien que no podamos con todo.
Por otro lado, siempre he sido una persona que se vale por si misma y trata de ser lo más independiente posible, manejo mi carro y miro en cada reto, una oportunidad. Una realidad que todos deberíamos de perseguir.
¿Cómo ha vivido estos días de confinamiento y cómo considera que ha afectado la pandemia a la población con discapacidad?
Considero que esta pandemia nos ha venido a cambiar. Ha sacado a relucir la fragilidad del ser humano. Hace poco salí victorioso del Coronavirus, (tras infectarme, hace algunas semanas atrás). Aprendí que nada debe darse por sentado y que todos los días debemos agradecer a Dios por el regalo de la vida. Después de superar esa etapa, hoy soy más noble, sensible, con disposición de ayudar y orientar a todo aquel que necesite de mi mano amiga.
A todos, infortunadamente nos ha afectado la pandemia, en salud, economía y por supuesto, emocionalmente, porque este implacable virus ha infundido un profundo temor e incertidumbre en el mundo entero.
Si regularmente nos resulta complicado encontrar un empleo, en estos momentos es todo más complicado ya que no existe un apoyo del estado para las personas en situación de discapacidad, realidad que me parece lamentable y poco alentadora, para un gremio que debería contar con el apoyo sincero de las autoridades estatales.
Y para concluir, una frase de vida que considere usted pueda identificarlo.
¡Uy Dios, hay tantas! Pero si se trata de escoger una en particular, creo que la ideal sería:
“El límite no es el cielo, porque hay huellas en la luna”.
Entrevista/investigación/redacción
Maribel Palencia
Diseño/Edición
Byron Pernilla
ASODISPRO
Personas Productivas con Discapacidad