-“Podríamos decir que hemos hecho un pacto de vida: yo no protesto mucho y ella me permite disfrutar de la vida.”- Sandra Espín
La Comarca – Aragón, España
MARTES, 03 DE SEPTIEMBRE DE 2013 00:00 MARIA QUILEZ
Tesis en autoestima y capacidad de lucha
Vida, que sepamos con certeza, sólo hay una y hay que procurar ser feliz». Sandra Espín Tello nació en Crivillén es morena, tiene 26 años, está preparando su tesis doctoral sobre la autoestima en personas con alguna discapacidad y es diplomada en Terapia Ocupacional. Estudia Psicología a distancia, practica artes marciales, le encanta viajar y es risueña, espontánea y habladora. También tiene una Parálisis Cerebral que le impide moverse con normalidad. No obstante, la joven ha llegado a un pacto de vida con su parálisis. Ella no protesta mucho y su discapacidad le permite disfrutar de la vida.
Sus abuelos, sus padres, su hermano y su novio, Cristian, del que asegura estar «muy enamorada», son para ella pilares fundamentales. «Han estado ahí siempre. Mis padres y mi abuelo, que ya no está, me han enseñado a no rendirme y ha sustituir la frase no puedo por sigue intentándolo», explica con emoción.
Sandra, que participa en varias asociaciones como DFA (Disminuidos Físicos de Aragón), Aidimo (Asociación de personas con Discapacidad Motriz) o Asodispro (Asociación de Personas Productivas con Discapacidad de Guatemala), afirma que vive una vida plena. No obstante, hay muchas cuestiones que le preocupan y confía en que, cuando termine su vida, la situación haya mejorado, «Aunque sea un poquito», señala.
Una de ellas es el trato que reciben las personas como ella, con alguna discapacidad. «Falta mucha concienciación», lamenta. La joven, que también reconoce que se ha avanzado mucho en los últimos años en lo que se refiere a la accesibilidad, destaca la terminología «ofensiva» que gran parte de la sociedad utiliza para referirse a ellos. Disminuidos, paralíticos, inválidos y minusválidos son algunos ejemplos de lo que no se debe decir. «¿Soy menos válida que quién? y, ¿Para qué?», se pregunta indignada.
«Yo tengo ausencia de capacidad para caminar sin ningún tipo de ayuda, ni personal ni técnica, pero tengo total capacidad para razonar, o para ver, por lo que no me considero discapacitada en general, sólo de forma parcial», argumenta. «Por lo tanto, podría decirse que tengo una discapacidad, pero siempre sin generalizar», concluye.
En lo que se refiere a barreras arquitectónicas, Sandra celebra que, en su día a día, no encuentra demasiadas. «En mi universidad estudió Teresa Perales. Así que tenía mucho camino ganado». En Zaragoza utiliza el autobús a diario y tampoco encuentra dificultades. Sin embargo, la cuestión cambia en su tiempo de ocio. Como ejemplo, Sandra explica que, en uno de sus viajes, contrató una habitación adaptada y, cuando llegó al destino, estaba situada en un tercero sin ascensor. También cuenta como, cuando va paseando con su novio, le confunden con su cuidador. «Y eso que yo creo que se nota que estamos enamorados», afirma con una sonrisa de oreja a oreja.
Pregonera de lujo
Su espíritu luchador le ha llevado este año a ser elegida pregonera de Crivillén, pueblo en el que nació y vivió durante toda la infancia, hasta que lo abandonó para estudiar en Andorra y, después, en Zaragoza. No obstante, regresa siempre que puede a su pueblo natal.
Sandra echa la vista atrás y recuerda su infancia en el colegio de Crivillén que, lamentablemente, este año cierra sus puertas por no cumplir con el número mínimo de alumnos que marca la consejería de Educación. «Es una lástima que tenga que cerrar el colegio. Hay cuestiones como la educación, la sanidad y las ayudas sociales que no se deberían recortar por mucha crisis que haya», dice señalando la camiseta verde en defensa de la Pública que se ha puesto para la entrevista. Al respecto apunta que está desarrollando su proyecto de investigando sin beca. «Un país necesita invertir en investigación, es fundamental», indica.
Consciente de que día a día tiene que demostrar lo que vale, Sandra termina con una reflexión: «Si en esta sociedad, la cual va evolucionando poco a poco, todos nos consideráramos personas en igualdad de condiciones, sólo personas, sin discriminación, todo sería más fácil».
Asodispro
Personas Productivas con Discapacidad