No es extraño el que una persona se sienta un tanto insegura al interactuar por primera vez con una persona con discapacidad física usuaria de silla de ruedas. Socializar con personas con discapacidades no debe ser diferente a cualquier otra socialización. Sin embargo, si no está familiarizado con una discapacidad determinada, puede temer decir algo ofensivo o hacer algo incorrecto al interactuar.
La regla de oro: respeto
Una persona con discapacidad, independientemente de la discapacidad, debe recibir la misma cantidad de respeto que cualquier otra persona. Se debe tener presente que interactuamos con una persona, no con su condición de vida. Recuerde que primero está la persona y luego su discapacidad, por tanto es una PERSONA CON DISCAPACIDAD y no un “discapacitado (a)”. Se debe tratar como nos gustaría que nos trataran.
Eufemismos
Las personas con discapacidad física no son “especiales”, al ser encasilladas así pueden llegar a ser discriminadas. Cuando se dice que son personas con “capacidades diferentes” se tergiversa el sentido de la palabra, porque TODOS los seres humanos tienen capacidades diferentes.
Diríjase siempre a la PERSONA con discapacidad
En muchos lugares las personas con discapacidad son ignoradas. Cuando una persona va en silla de ruedas y en compañía, muchos suelen preguntar al acompañante que quiere o siente la PCD. Lo correcto es:
- Preguntar a la persona con discapacidad
- Al preguntar, ver directamente a la persona con discapacidad y no a su acompañante.
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Respetar el espacio personal
La silla de ruedas, bastón o muletas, se considera una extensión del cuerpo de una PCD, no debe mover sin preguntar a su dueño. No debe usarse si la PCD no la está usando.
Si una persona sin discapacidad estuviera parada en algún lugar y de pronto otra persona la cargara y se la llevara a otro lado, esto no le gustaría pues sería contra su voluntad, así exactamente siente una PCD al ser movida de improviso.
Hay personas que suelen acariciar el pelo o tocar en exceso a una PCD. Esto no es agradable, y muchos no dicen nada por no ser groseros. Las personas con discapacidad no gustan ser tratadas como gatitos.
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Al conversar con una persona con discapacidad usuaria de silla de ruedas, no es necesario agacharse para conversar, aunque una silla sería útil para sentarse a platicar.
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Nunca suponer
Si usted conoce a una PCD en silla de ruedas NO crea que todas las personas que usan silla de ruedas son iguales. Es como pensar que una persona que usa camisa azul, hace o siente lo mismo que todas las personas que usan camisa azul. No tema preguntar con respeto ante alguna duda sobre la persona o su discapacidad.
Preguntas inapropiadas
¿Cómo haces tus necesidades? Esta pregunta la realizaría un doctor ante una consulta al respecto, una PCD lo dirá en el momento necesario y si sirve de algo, de lo contrario es algo privado.
¿Tienes deseos sexuales? Podría contestarse con otra pregunta ¿Tiene usted deseos ahora? La mayoría de seres humanos tiene deseos sexuales, por no decir todos, por tanto la pregunta es de sentido común y podría tomarse como burla, cuando es morbo.
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¿Cómo tienes sexo? Es otra pregunta de simple sentido común y mucho morbo; si fuera una persona sin discapacidad y le preguntaran lo mismo se ofendería, es lo mismo con una persona con discapacidad.
Redacción/investigación:
Marisol Díaz
Ana González
Redacción/diseño
Byron Pernilla
ASODISPRO
Personas Productivas con Discapacidad