De bebé fue abandonada por sus padres por no tener brazos y unas piernas muy pequeñas. Pero desafiando estereotipos y críticas, ha vivido a su manera, convirtiéndose en un icono de su comunidad, pintora galardonada y madre ejemplar. Viva prueba de que la apariencia no lo es todo.
Una mujer admirable
Alison Lapper nació en 1965 Burton, Staffordshire, Inglaterra; vino al mundo sin brazos y piernas extremadamente cortas. Al poco tiempo de su nacimiento su padre se separó de su madre.
A los 4 meses, ante la dificultad de su cuidado, su madre la dejó en un hospicio, lugar donde creció. Desde los 3 meses le implantaron prótesis, pero cuando aprendió a hablar, pidió que se las retiraran pues la hacían sentir torpe en su movilidad.
A los 19 años decidió irse a la universidad en donde se diplomó en Bellas Artes, convirtiéndose en pintora. Posteriormente Alison quedó embarazada, pero su novio se marchó al no querer responsabilidad. Alison se preparó para su maternidad, y en el año 2000 nació su hijo Parys.
Como artista, Alison dice que usa la pintura, fotografía e imagen digital para confrontar las premisas de la belleza convencional. Ha sido premiada por su aportación al arte y ha expuesto su obra en las más importantes galerías.
Le puede interesar leer:
Solo necesito creer en mis virtudes
El artista visual contemporáneo Marc Quinn pidió a Alison que posara para una escultura, pero ella titubeó pues quería asegurarse que la obra no reflejara lástima. Finalmente se atrevió a realizar una escultura de su cuerpo en gestación. La obra fue expuesta en Londres en 2005 y 2007, mientras que una réplica gigante se exhibió en los Juegos Paralímpicos 2012.
Fuentes:
Wikipedia inglés
Camino Católico
Redacción/Edición/Diseño:
Marisol Díaz
Ana González
ASODISPRO
Personas Productivas con Discapacidad